Por su condición de cercanía al mar, una cercanía en la que se interpone la tranquila bahía de Port Phillip, Melbourne tiene un fácil acceso desde el mar. Port Melbourne, el puerto de la ciudad, se encuentra a tan solo 4 kilómetros del núcleo urbano.
Moverse por Melbourne en transporte público es realmente sencillo y barato. Esta ciudad ofrece una gran diversidad de posibilidades para moverse por el núcleo urbano, que por otra parte al no tener unas dimensiones demasiado grandes se recorre rápidamente.
Melbourne es una ciudad muy cómoda para ir de compras porque la mayor parte de la actividad de la ciudad confluye en las calles del centro neurálgico, que como ya hemos visto, no tiene unas dimensiones demasiado grandes y se puede recorrer fácilmente a pie o en tranvía.
Melbourne es una ciudad que ofrece un gran abanico de posibilidades en cuanto a lugares donde comer. Sus importantes colonias italiana, griega e indonesia ha provocado la apertura de un gran número de restaurantes temáticos que nada tienen que envidiar a los de sus países de origen.